COVID

El covid-19 agrava el problema de la okupación en segundas residencias de la costa española, según la policía

Imagen de un chalet en la playa / Gtres

idealista.com

Carlos Lospitao

La okupación copa los titulares de la prensa nacional y de la especializada en el sector inmobiliario desde hace semanas. El confinamiento de la población provocado por el covid-19 ha supuesto un aumento de esta actividad ilegal en segundas residencias, la gran mayoría situadas en la costa española. Una práctica que se detectó el año pasado durante los dos meses previos al comienzo de verano y que la situación generada por el coronavirus ha agravado en 2020, según señalan fuentes policiales.

“Esta tendencia de okupar las casas en la playa, que en muchos casos son segundas residencias, es algo que ya se pudo observar el año pasado. De hecho, se produjo un incremento muy importante de esta actividad ilegal y nos dimos cuenta porque aumentó el número de denuncias con respecto a la okupación de este tipo de activos. En este sentido, observamos que uno o dos meses ante del verano de 2019 se comenzaron a okupar muchas viviendas”, afirma a idealista/news Alfredo Perdiguero, subinspector del Cuerpo Nacional de Policía.

Lo que ha ocurrido este ejercicio es que la moda de okupar segundas residencias durante marzo y abril se ha acrecentado por el estado de alarma provocado por el covid-19. Una medida que redujo la movilidad entre provincias durante el tiempo que ha permanecido vigente el confinamiento. “Este año ha habido muchas más casas vacías y se han podido okupar más, pero no sólo apartamentos en la playa, sino también chalets de lujo en la costa. El problema es que es complicado la diferenciación que hace la ley de casa no habitada, de casa de un banco, de casa de una persona que no vive en ella…”, explica Perdiguero.

Con respecto al tipo de okupa de una segunda residencia en la costa o una primera vivienda en el centro de la ciudad, el subinspector de Policía Nacional asevera que no hay diferencias entre uno y otro. “Lo que sí es cierto es que existen varios tipos o clases de okupas. Están las mafias que se encargan de entrar en la vivienda para después realquilarlo de manera ilegal a otros okupas que en su gran mayoría afirman no saber que estaban en un piso okupado. Pero ahora también se ven familias enteras que se van a la playa a okupar de ‘vacaciones’. Aunque no hay que irse a la costa para observar okupaciones de este nivel. Aquí, en Madrid, en Boadilla del Monte hay varias okupaciones de ‘lujo’, por ejemplo”, narra Perdiguero.

De todos modos, el inspector del CNP se lamenta por la falta de armas jurídicas que los policías tienen para combatir esta actividad ilegal. “Cuando vas a una vivienda que han cambiado el bombín de la cerradura y el okupa tiene objetos suyos en el interior ya no puedes hacer nada. El propietario puede quedarse entre dos y tres años sin disfrutar de su vivienda y además hacer frente a los gastos de los desperfectos que los okupas puedan ocasionar una vez estos se marchen por una decisión judicial”, afirma Perdiguero.

Esta ola de okupaciones en segundas residencias ubicadas en la costa española no sólo lo ha notado la Policía Nacional. Las empresas dedicadas a mediar en este tipo de conflictos también han detectado el aumento de esta práctica durante el confinamiento. “Efectivamente, el número de segundas residencias okupadas ha aumentado debido al covid-19. Durante el confinamiento de la población apenas notamos un aumento de la actividad, pero en cuanto se reactivó la libertad de movimiento nos encontramos con multitud de peticiones en viviendas localizadas en Murcia, Valencia, Cataluña… La gente al viajar a esas segundas viviendas se encontró con okupas en su interior”, afirma a idealista/news Salvador Palazón, dueño de la compañía Desokupa Express.

Palazón confirma que esta moda de okupar segundas residencias también se inició el pasado ejercicio, al igual que ha explicado Perdiguero. “Nosotros también notamos, al igual que la Policía Nacional, que esta práctica comenzó en los meses previos al verano de 2019”, narra el empresario. “Pero el okupa no lo hace por tener mayores comodidades o sacar mayor rédito económico porque el propietario es susceptible de tener más dinero. La realidad es que el okupa se mete en la casa que ve vacía, independientemente de sus características”, aclara en este sentido.

Cuestionado por el perfil de la persona que okupa este tipo de activos Palazón explica que no lo tienen identificado. “Llevamos más de dos años trabajando y no hemos encontrado todavía ningún patrón de okupa. Es decir, nos encontramos con el mismo tipo de personas en un chalet de lujo, que en un zulo de 25 m2”, asevera.

Además, el empresario habla desde su experiencia y niega que existan tantas mafias como se dice en la okupación. “Confieso que me he encontrado con pocas mafias que se dediquen a okupar viviendas. Sólo he tratado con una persona que me dijo directamente: ‘sé de quién es este chalet y vengo a que me dé una cantidad de dinero por irme de la vivienda. Además pienso hacer la costa durante todo el verano’. Pero la realidad es que de cada diez okupas, sólo uno solicita dinero para irse. La mayoría son personas que no pueden o no quieren pagar por una vivienda”, explica Palazón, que también cree que el problema de esta actividad ilegal es “de la legislación actual”.

Aumentan las denuncias en toda España

Pero las okupaciones en segundas residencias no son las únicas que han crecido tras la crisis del covid-19. La realidad es que esta actividad ilegal ha aumentado en todo el territorio nacional, independientemente de las características del activo. 

En este sentido, la cifra de denuncias por okupación de inmuebles, en su mayoría viviendas, ha crecido un 5% interanual en lo que va de 2020, según datos del Ministerio del Interior. Entre enero y junio, se han notificado 7.450 denuncias, con una mayor incidencia en Cataluña, con más de 3.600 casos abiertos de usurpación de casas, lo que supone casi el 50% de todos los casos en España.

Por detrás se encuentran los otros grandes mercados de la vivienda como Andalucía, con 1.183 denuncias y una caída del 4,28%, Madrid con unas 657 (-9,5%) y la Comunidad Valenciana con otras 566, donde también han aumentado los casos un 14,1%.

Como ya informamos en idealista/news, los casos de ocupaciones ilegales de viviendas propiedad de particulares y empresas han aumentado. En la mayoría de las ocasiones, quienes están detrás son mafias que hacen negocio facilitando el acceso ilegal a personas con muy poca vulnerabilidad social.

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